jueves, 1 de octubre de 2009

Aguirre o la cólera del autoritarismo

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MAAS. 20 de septiembre de 2009

Se nos ha presentado en los medios de comunicación estos días, un conflicto en el que de alguna manera se subvierte el orden establecido: la pérdida de “la autoridad del profesorado” en los centros educativos. Ante esas situaciones siempre hay dos vías de actuación.
Una es tratar de “acabar” con ella, mediante la vigilancia, el control, la imposición y el castigo, para así conservar la situación como estaba antes. Con sus desajustes y sus injusticias
.
Se trata de que, un problema de cambios sociales (para bien y para mal) se reduzca a una “mala educación” (culpabilizando sólo a las familias como entes aislados) y de liberar de responsabilidad a la sociedad, adjudicándosela al profesorado, un estatus para que éste se lo crea, de marcar a los directivos del profesorado para que se hagan cargo con un sobresueldo.

Aguirre dará a los profesores rango de autoridad pública para prevenir la violencia (como jueces, por ejemplo)
La agresión a un maestro se puede castigar con penas de 2 a 4 años de prisión.
La ley otorgará rango público a los funcionarios docentes de primaria y secundaria


La segunda es afrontar una situación conflictiva, seguramente nueva en muchos aspectos y buscar soluciones que ayuden a progresar.

"La autoridad tiene más dimensión moral que penal"

Por en medio, se actúa muchas veces entremezclando ambas, cierto, pero con la mirada puesta en una u otra orientación.
La primera, la impositiva, necesita de figuras de autoridad a las que se les pague cada vez más “sustanciosos” complementos para hacerles responsable del “problema” y que no se vean fuera.

También propone elevar el sueldo de jefes de estudio y secretarios.

La segunda, la democrática, requiere de la participación de todas las personas implicadas. El “complemento” iría a hacer que todas lleguen a acuerdos.
La impositiva tiene tendencia a extralimitarse pues sólo depende de que la “autoridad” lo diga. Desde la “política de defensa” que dote de autoridad, primero se tiende a la inviolabilidad del papel del profesorado (y de la autoridad que está por encima de éste, de la autoridad de la autoridad,...) , en hacer indiscutible lo que diga. Luego, se pasa a poner “tarimas para controlar” y a los etc., que vayan surgiendo. La norma se dicta y se supone que así es clara y vale para todo el mundo, no se le pueden poner “peros”.

“Tarimas para elevar a los profesores"
El debate sobre la necesidad de reforzar el prestigio del maestro cobra intensidad. La nueva iniciativa de Esperanza Aguirre para conseguirlo consiste en devolverles la capacidad de observar al conjunto de los alumnos por encima de sus cabezas: vuelve la tarima”

La segunda, la participativa, requiere muchas otras medidas complementarias para buscar el sentido de estar en un centro, a todo el alumnado. Desde la intención de dar voz, habrá que, luego, hacer caso en lo razonable, basar la autoridad en el convencimiento y la negociación como vía de establecer normas claras.
La impositiva se olvida de preguntar, la participativa no debe olvidar el respeto mutuo, la sanción por ese olvido:

“Detenido el padre de un alumno por agredir a la directora de un colegio de Madrid”
Alejamiento para el agresor de una profesora en Vallecas La mujer recibió un puñetazo al tratar de aplacar la ira del padre de un alumno

Si se leen algunas experiencias sobre convivencia en algunos centros de España y fuera de ella, poner en marcha la segunda, la más democrática, ha sido problemática, ha supuesto el esfuerzo de mucha gente, pero ha mejorado cualitativamente la convivencia en el centro. Hasta Herrera, presidente de un feudo del PP, lo dice:

“En todo caso, Herrera destacó ayer en Burgos que el índice de violencia en las aulas o hacia los profesores en Castilla y León es «menor que en otros lugares» gracias, en su opinión, al efecto positivo de los programas de convivencia que vienen desarrollándose desde hace tiempo”
En muchas cárceles, centros de menores y algunos ámbitos de la vida “civil”, se opta por la primera. No parece que esté sirviendo, en general, a las personas que pasan por allí.
Ahora Esperanza Aguirre, aplaudida especialmente por algún sindicato con una extraña presencia mediática ...

Sindicato ANPE pide a Castilla y León imite el ejemplo de Comunidad de Madrid
... y por algunas otras gentes, acuden a la vía impositiva para los centros, bajo pretexto de lograr “buena educación” . y no molestar a quienes están por la labor de “seguir la norma”. Del cambio de estatuto para el profesorado, ya vamos “por la tarima”, ¿hasta dónde se pretende llegar? Veremos (o no, depende de nosotros y nosotras) .

http://www.concejoeducativo.org/article.php?id_article=232

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tenemos que comprender que para algunos, para los mismos de siempre, para los acostumbrados a ejercer el poder que da "el ordeno y mando", es mucho más dificil asumir el acuerdo que nace de un diálogo, en el que siempre se recogen cosas propias y cosas de los demás, que el decir que aquí o acullá se hace lo que sus bemoles dictan. Eso lo podemos ver en la política, en el mundo de la empresa, en el hogar también... por donde quiera que vayamos.

Son nostálgicos y como nostálgicos pasan.

No quise participar en el cincuentenario de un Centro Escolar de Cehegín, que se celebra este año y del que fuí alumno, porque no me parecía que ensalzar a ciertas personas que, cuidado, tienen tantos méritos y deméritos como cualquiera pudiesemos tener y como yo mismo tengo, hicieron de la educación para muchas generaciones un auténtico infierno. Supongo que en ese cincuentenario no irían incluídas las tremendas palizas que algunos que ahora se honran como maestros ejemplares daban, ni tampoco se honran las indignidades de quienes las tuvieron que parecer, entre los que afortunadamente no me cuento, aunque sí las presencié y si alguien tiene mala cabeza, le recordaré quienes participaron activa y pasivamente en ellas.
En ese centro a mi se me encargó que le pegase a dos personas que conozco y me conocen que son de mi edad, cada vez que cogiesen el lápiz para escribir con la mano izquierda...PORQUE ERAN ZURDOS, SEÑORES. Y que yo sepa zurdo ni es sinónimo de rojo, ni de socialista ni de comunista ni nada tiene que ver el orden en la disposición de las funciones cerebrales con la política. Además, les conozco y espero que no fuese gracias a ese remedio, sino más bien a la tradición que les acompañaba, que ambas personas son asentadamente de ideología de derechas.

Y a eso digo... Echadme una celebración en el arco del triunfo.

Pero es que ahora llega también el cuadragésimo aniversario de otro centro... En el que cualquier alumno tiene más cultura y más formación que quien lo dirige, gracias eso sí, a la siempre amiga mano de la políica capaz de por alentar al propio, joder a todos los extraños y no extraños que hagan falta.

La celebración de un maestro, de un profesor o de un catedrático es una y es doble. Que quienes han sido sus alumnos lleguen lejos y que, además, cuando hayan llegado lejos sepan pararse en la calle con ellos y agradecerles que contribuyeran a que hayan llegado donde hayan llegado. Y quien piense que eso se va a conseguir con una autoridad impuesta, con una autoridad que exceda la que proporciona que el maestro sepa más, esté más fundamentado y esté más formado humana y doctoralmente que el alumno... Arreglado va.

Por cierto, las escuelas no las hacen los claustros, sino las personas. Dentro de los mismos claustros he conocido a personas maravillosas y a "judios de pro". A unos les saludo y a otros les escupo... Como debe ser. A cada cual lo suyo... Pero es tanto el corporativismo absurdo y la falta de la más elemental inteligencia...