jueves, 21 de mayo de 2009

Reflexiones sobre las tareas en casa

ISABEL AGÜERA , LAS TAREAS EN CASA, UNA REFLEXIÓN

Os propongo, padres y maestros, a la vuelta de esta semana vacacional(hagamos una abstracción mental, o pongámoslo a prueba en su momento). una sencilla y milenaria regla de tres para que nos aproximemos a la realidad del tiempo que trabajan nuestros hijos y alumnos. Comprobaremos que, con respecto a un trabajador de cuarenta años como media y ocho horas diarias de trabajo, a un chico de siete o catorce años, por ejemplo, las horas que le corresponderían oscilarían, respectivamente, entre 1,6h. al de siete u ocho y de 2,8h,. al de trece, catorce. Sí, una seria reflexión merece el hecho de que el horario presencial en las aulas, para los más pequeños es de cinco horas y, para los que se supone mayores, de unas siete aproximadamente. Pero no sería justo concretarnos a tales horarios establecidos, porque nuestros hijos, alumnos, cuando se supone que terminan su jornada laboral, salen de las aulas cargados de trabajos que cada profesor, como si fuera el único, le impone como tarea inapelable.Y ahí están, encerrados en sus confortables dormitorios, horas y más horas que son un hurto a su legítimo derecho al descanso, recreo, convivencia, hobbies, etc. ¿Qué diríamos si a los mayores, nuestro jefe, al salir de la oficina, por ejemplo, nos entregara una carpeta de tareas para la casa? Siempre he defendido que todo el trabajo que debe hacer un niño de cualquier edad, debe estar contemplado en el horario escolar. Ya sé que me van a llover los comentarios en desacuerdo, pero no puedo sufrir el ver cómo niños hasta de cinco años siguen a cuestas con las dichosas tareas. Otra cosa sería, de cara a los mayores, algún trabajo de investigación en tiempo espaciado, trabajo que los motive, agrupe, exija algún cercano desplazamiento, nuevas tecnologías, etc. Lo de hincar los codos en horas extra, desde mi punto de vista, tan sólo sirve para tenerlos recluidos, pero no imaginemos que progresan más.La regla de tres no falla, pero a nuestros niños le aplicamos la inversa".

LORENA DE CASTILLO, LOS PADRES Y LAS TAREAS ESCOLARES.

Para algunos padres las tareas escolares se han convertido en una verdadera pesadilla. Tras una jornada dura de trabajo, llegar a casa y encontrarse con una larga lista de tareas que les han dejado “a los hijos” en la escuela, no es cosa fácil, más cuando los niños están en los primeros años escolares donde requieren una alta supervisión.A muchos padres les toca llegar a casa, quitarse la ropa de “ejecutivo o empresario” y ponerse el traje de “profesor”. Completar páginas de libros de trabajo, estudiar para exámenes cortos , realizar investigaciones, preparar exposiciones, buscar y pegar recortes y listas interminables de vocabularios, es cosa de todos los días.Muchos padres están en contra de la saturación de tareas escolares, -lo cual acostumbran muchos establecimientos educativos hoy en día-, pues a la larga, o son ellos quienes terminan haciéndolas o simplemente el niño no cumple y es amonestado por sus maestros.Hacer maquetas, carteles, trabajos manuales, proyectos de artes plásticas, etc., no es cosa que puedan hacer solitos, especialmente los más pequeños, por lo que muchos padres sienten como si las tareas se las hubieran mandado a ellos. En resumen, muchos padres nos sentimos agobiados con la gran cantidad de deberes que nuestros hijos llevan a casa y criticamos a la escuela y a los maestros. Por otro lado, nuestros hijos también pueden sentirse cargados, ya que no les queda tiempo de jugar o de hacer otras actividades propias de su edad.Sin embargo, si vemos la otra cara de la moneda, las tareas también tienen varios aspectos positivos: por ejemplo, sirven para practicar lo aprendido en clase, ayudan a los niños a organizarse, promueven el desarrollo de la disciplina, el compromiso y la precisión, les ayudan a adquirir hábitos y métodos de estudio, cultivan rasgos positivos como la responsabilidad y la independencia, entre otros.Lo importante es no perder el balance, pues la cantidad de tareas, según los expertos en educación, dependen de la edad y el nivel del estudiante.Los profesionales recomiendan que un niño de pre-primaria hasta segundo grado, no debe demorar más de 30 minutos por día en hacer su tareas, mientras que para los más grandecitos (3º. a 6º primaria), el tiempo que ocupen no debe ser mayor de una hora.Es importante que los padres se involucren en la supervisión de las tareas de los hijos, ya que esto les transmitirá a ellos el mensaje de que las tareas son importantes y por eso estamos al pendiente. Al principio necesitarán invertir más tiempo con los pequeños, pero a medida que crecen, se les debe dar cierta independencia para que ellos las realicen solos, aunque siempre se debe estar abiertos a cualquier consulta o duda que se presente y mantener cierto grado de supervisión.La comunicación con los maestros es vital, los padres deben manifestar sus inquietudes y preocupaciones respecto a las tareas, para evitar que éstas se vuelvan una dura carga para los niños y una pesadilla para los papás.

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